colaboración con Colectivo Escénico las Crías
Conoce más sobre el proyecto.
El encargo nos otorgó carta blanca para el diseño y producción de la escenografía de una obra de teatro infantil, de temática navideña, con el mínimo presupuesto.
Esta libertad creativa nos llevó a explorar el libreto de la obra y abstraer de forma concisa los conceptos reflejados en ella y desarrollar, paralelamente a los ensayos, la mejor escena para la obra.
Conseguir un espacio escénico versátil, económico, reciclado y reciclable, desmontable y ligero. No son pocos requerimientos para una escenografía que ha de montarse y desmontarse por una persona dos veces al día durante una temporada.
El presupuesto mínimo, los requerimientos técnicos del proyecto y el análisis del libreto nos llevaron a la conclusión de que debíamos emplear materiales ligeros, fácilmente manejables y con una durabilidad media.
Sobre la obra, trata de concienciar a niños y padres sobre el uso y abuso de las tecnologías por parte de los niños. Es un recordatorio de que la imaginación es nuestra app más valiosa y en profundo desuso. Ese hecho, la imaginación como herramienta, nos llevó a intentar rememorar y recuperar los mundos imaginarios que, alguna vez de pequeños, construímos con cajas o lo que teníamos a mano. La caja, el cartón, algo tan básico, sumado a la imaginación, consigue llevarnos más lejos que cualquier otra cosa.
Todo ello rematado con dibujos de detalles como realizados por niños, para ayudar al espectador (mayoritariamente infantil), a ubicarse en el entorno que se presenta crudo, en blanco, iluminado con diferentes filtros provocando una alteración más que sensible del espacio escénico.
Un espacio pulcro, en blanco, con pocos elementos que puedan distraer la atención de lo importante, el texto. Un color que refleja y absorve el ambiente, convirtiéndose en foco y pantalla. Los cambios de luz cambian el espacio y la sensación del espectador. Un proyecto de un presupuesto mínimo y un resultado muy positivo.